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¿Es la sal realmente tan perjudicial como creemos?

Hemos crecido con miedo a la sal de mesa, y aceptamos como verdad universal, la idea de que la sal es la principal culpable de la hipertensión y otros problemas de salud (1), donde se menciona daño al corazón, cerebro, vasos sanguíneos, y riñones. Incluso, las guías nutricionales de la FDA (administración de drogas y alimentos de los Estados Unidos) nos aconsejan no sobrepasar los 2.3 gramos de sodio al día (2) (equivalente a una cucharadita de sal de mesa). Pensemos ahora, la razón por la cuál nos hacen esta recomendación, a ver si tiene sentido lógico; la explicación es que el sodio de la sal tiende a retener agua, y por lo tanto, ese volumen extra de agua será equivalente a más sangre en nuestros vasos sanguíneos, y por consiguiente, la presión arterial se eleva; y hasta acá, hace mucho sentido el hecho de que, más cantidad de sangre, signifique una mayor presión arterial, y muy probablemente ustedes y yo podríamos estar de acuerdo con esta idea.


Sal y hipertensión
Sal y hipertensión

La historia de siempre


Desde que tengo uso de memoria, he escuchado: “hay que comer bajo en sal”, “cuidado con el sodio”, “yo siempre cocino bajo en sal”, y muchas otras variantes de la misma idea; quedamos programados para evitar el sodio, presumiblemente, porque la única función o utilidad de la sal, es darle gusto a la comida, hacerla más agradable al paladar. Hay verdad en estas aseveraciones, pero, como casi todo en la vida, no se puede reducir a blanco y negro, porque hay matices dentro de la verdad; existe relación entre la ingesta excesiva de sodio y la hipertensión, pero también, la restricción de sal en individuos tiene efectos limitados en el control de la presión arterial (3); incluso, la sensibilidad al sodio está relacionada con la genética y la etnia (4).



¿Y ahora que hemos visto el lado malo, debemos olvidarnos de la sal para siempre?


La respuesta corta es “NO”. A pesar de los riesgos asociados a la ingesta excesiva de sodio, la respuesta tampoco está en la restricción extrema o total, y tampoco se ha demostrado que reducir la sal, sea la respuesta definitiva para eliminar la hipertensión arterial, como lo demuestra un metaanálisis del año 1998 (5).


Aquí algunos beneficios que se pueden obtener por ingesta adecuada de sodio:

● Aporte de minerales a la dieta.

● Ritmo cardíaco más bajo.

● Control de la insulina.

● Balance en hormonas adrenales (adrenalina, noradrenalina, cortisol).

● Mejor función renal.


Y si hablamos de la ingesta de sodio solamente para la actividad física, podemos, incluso, hacer una sub- lista :

● Menos sed.

● Más capacidad de trabajo.

● Circulación sanguínea mejorada.

● Menor riesgo de hiponatremia (baja concentración de sodio en sangre), que se traduce en menos posibilidad de fatiga, calambres y arritmias.


Consumo de sodio y actividad física
Sal de mesa vs. sal del Himalaya

¿Nos han dicho la historia completa?


Ya que conocemos el potencial riesgo de la sal, y también sus beneficios, es posible que la confusión en cuanto a qué hacer, haya aumentado, y para ampliar nuestra visión y poder decidir qué hacer, traeré a colación a un agente que es muy conocido por causar un sinfín de problemas de salud,y que probablemente no sea muy conocido por ser detonante de hipertensión; hablo del azúcar. Un estudio realizado por el Doctor James Dinicolantionio (autor del libro The Salt Fix”), llamado “Los cristales incorrectos” (6), demuestra que una disminución en la ingesta de azúcares añadidos (principalmente fructosa), incide directamente en la reducción los niveles de hipertensión y de riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Contribuyendo a la misma idea, se observa que las bebidas azucaradas (7), pueden tener un efecto directo en el aumento de presión arterial.


No solamente es importante tomar en consideración la ingesta de sodio, sino también la relación entre ambos (lo ideal es un ratio 1:1) (8), que pueda haber con la presencia de potasio en la dieta, vital en la salud cardiovascular; y también, el potasio equilibra los efectos negativos del sodio (9), que aparece mayormente por la ingesta excesiva de ultraprocesados, que vienen cargados de sodio, y no por nuestra salud, sino para que los productos puedan durar más tiempo en los estantes, y generar beneficio económico a los fabricantes.



El tipo de Sal también importa


La popular sal de mesa, presenta algunos inconvenientes:


● La sal de mesa, es extraída del mar, y por provenir del mar, es casi una garantía que contendrá microplásticos, altamente nocivos para el balance hormonal de cualquier ser vivo (tema para otro artículo).

● La razón por la que estamos casi que forzados a consumir sal comercial, es porque este tipo de sal, tiende a ser yodada; y el yodo es importante, pero no es la fuente principal del mineral (está en pescados, lácteos, huevos, hígado).

● La sal refinada, contiene agentes antiaglutinantes, solamente para que la sal se mantenga fina y no contenga grumos, pero estos agentes tienen un efecto cuestionable sobre la salud.


El tipo de sal recomendada, entonces, sería una que no provenga del mar, y que no haya sido refinada, y la sal del Himalaya cumple con estas características, también la sal Celta y la sal Real redmond ya que proviene de depósitos minerales en montañas.



En síntesis


¿Es la sal realmente tan perjudicial como creemos?

Llegamos a la parte donde intentamos llevar lo aprendido a la vida real, porque no todo en la vida es citar artículos y leer libros, así que trataré de ir al grano (de sal):


● Limite la ingesta de ultraprocesados, ya sabemos que no solamente por su efecto en la salud metabólica, sino también, por su excesivo contenido en sodio y bajo contenido en potasio (y otros nutrientes). Consumir comida real, garantiza que ustedes tendrá control de las cantidades de sodio que ingiere.

● Consuma sus carbohidratos en forma de frutas y vegetales, de acuerdo a su individualidad.

● Cámbiese a un tipo de sal de mayor calidad, tan pronto como se le haga posible; recuerde, el yodo puede conseguirse de muchas maneras.

● El consumo de sal debe aumentar si aumenta su consumo de agua, ya que el exceso de agua puede causar hiponatremia (concentración baja de sodio en sangre).

● Si ustedes realiza actividad física intensa, o si es deportista, considere aumentar su ingesta de sal.

● La recomendación de ingesta de sal para una salud óptima, oscila entre los 3 y 6 gramos de sal de mesa; si ustedes sobrepasa la ingesta requerida, los riñones deben encargarse de excretar el exceso.

● Consulte con su preceptor de salud, para comprobar si ustedes es realmente hipersensible al sodio.



Mentor Anibal Arauz




Estudios usados para este articulo













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